Quiénes somos

Piñonera Almonasterense

Tradición, naturaleza y alma en cada piñón.

En Piñonera Almonasterense, somos mucho más que productores de piñón ibérico. Somos guardianes de una tradición centenaria que nace en el corazón de la Sierra de Huelva, en Almonaster la Real, donde el bosque conserva aún el susurro del pasado.

Nuestra historia no comienza con nosotros, sino con quienes, generaciones atrás, recolectaban el piñón con manos curtidas y profundo respeto por la tierra. Hoy, honramos ese legado con un compromiso claro: cultivar, recolectar y ofrecer un producto auténtico, natural y lleno de alma.

Nuestra esencia


Piñón ibérico 100% natural: fruto de pinos autóctonos, recolectado a mano.


Proceso artesanal y sostenible: respetamos los ritmos del bosque y trabajamos sin productos químicos.


Origen andaluz con historia: cada piña proviene de los bosques de la Sierra de Huelva.


Pasión por lo auténtico: creemos en una manera distinta de hacer las cosas: con alma, con verdad, con tierra.

¿Por qué lo hacemos?

Porque creemos en el valor de lo pequeño.

Porque queremos rescatar lo valioso, dignificar lo olvidado y devolver al piñón ibérico el lugar que merece en nuestras mesas y en nuestra cultura.

Nuestra misión

Llevar a tu hogar un producto que no solo alimenta, sino que emociona.

Cada gramo de piñón que ofrecemos lleva consigo siglos de sabiduría, respeto por la naturaleza y amor por nuestras raíces.

Piñonera Almonasterense

🌲 El alma del bosque, en tus manos.

PIÑÓN IBÉRICO

En lo más profundo de los bosques mediterráneos, donde el aire huele a tierra húmeda y resina, nace un tesoro que ha nutrido generaciones: el piñón ibérico. No es solo un fruto. Es memoria, es identidad, es un susurro ancestral que nos conecta con la tierra y con nuestras raíces.
Durante siglos, las comunidades rurales han convivido con el pino piñonero, respetando sus ciclos y recogiendo con mimo cada piña, como quien recoge el legado de su historia. El piñón ibérico no se produce en masa ni se somete a procesos artificiales. Crece despacio, al ritmo sereno del bosque, acariciado por el sol del sur y alimentado por suelos nobles.
Esa lentitud natural es su mayor virtud. Cada piñón encierra un perfil nutricional único: es una fuente potente de proteínas vegetales, antioxidantes, ácidos grasos esenciales y minerales como el magnesio o el zinc. Pero más allá de sus propiedades, el piñón ibérico es símbolo de equilibrio, de respeto a la biodiversidad, de compromiso con la tierra y las personas.
Elegir piñón ibérico es apostar por un sabor auténtico, por una alimentación consciente y por un modelo de vida que valora lo cercano, lo artesanal, lo verdadero.
En cada bocado hay algo más que un fruto seco. Hay historia. Hay naturaleza. Hay emoción.